Fibraforte:Hacer techos de menor peso con polipropileno ha marcado la diferencia de esta empresa

En 1993, Gino Pinasco y Siro Tonani tenían ya historias empresariales con trayectoria: uno en la agricultura, el otro en la joyería fina. "Volví de una feria de plásticos en Italia con la idea de los techos de polipropileno y harina de madera", recuerda Pinasco. Se les unió Alberto De Gásteri y crearon Fibraforte, con el claro objetivo de techar los millones de humildes casas que, en todo el Perú, todavía no tenían presupuesto para el cemento.

Lo más costoso del proyecto fue la maquinaria que tuvieron que traer del Viejo Continente, pues se trataba de una línea de producción con una extrusora, un dosificador, una calandria, un cabezal y un banco de hornos. "Yo puse este local de la avenida Argentina y tardamos seis meses, más o menos, en empezar a producir el poliwood (mezcla de plástico y madera)", dice Pinasco.

Ese primer producto entró a competir con las clásicas calaminas, los techos de fibracemento y el asbesto, material de cancerígena reputación. Para destacar, no se dedicaron a atacar a los otros sino a resaltar sus importantes virtudes: resistencia, ligereza y durabilidad. "El usuario final sabía que la calamina se oxida; que el asbesto y el fibracemento se honguean con las lluvias; que se parten con el transcurso del tiempo o, simplemente, son materiales que pesan demasiado", señala Sandro Tonani, hijo de Siro y actual director ejecutivo de la compañía. Y es que tres metros de poliwood pesan 5 kilos, mientras que la misma medida (en la competencia) puede llegar a los 25 kilos.

Tras una mala experiencia con tres distribuidores que pagaban mal (y tarde) vino la etapa de la publicidad. Ahí estaba el comercial del comediante Élmer Alfaro 'Machucao' manejando una aplanadora y poniendo a prueba la dureza del poliwood. Y con Augusto Ferrando crearon la "Cámara Techera", una secuencia que se dedicaba a reformar casas venidas a menos. "Ese era nuestro público, el que necesitaba apoyo social para su casa. Y no estaba solo en Lima, al contrario, en provincias sigue existiendo una sobredemanda para protegerse del frío, lluvia y granizo", agrega Pinasco. Ampliar su cartera a otros clientes llevó a Fibraforte aproximadamente, cinco años. No lo tenían previsto pero surgió como una necesidad ante el crecimiento económico.

Para Sandro Tonani, entre 1998 y el 2000 muchas empresas exitosas pero con instalaciones obsoletas iniciaron una reforma con techos que, como es el caso del polipropileno translúcido, dejaran el paso de luz y permitieran el ahorro de energía. "Igual ocurrió con pesqueras y barcos factoría que aprovecharon que el policarbonato no tiene poros: no guarda olores ni permite que las bacterias se alojen", añade.

Con mayor intensidad, en los últimos cinco años, las empresas de agroexportación bajo regulaciones más estrictas han optado por productos más ecológicos frente al popular asbesto. Para acercarse a estos clientes, Fibraforte abrió dos oficinas comerciales y logísticas en el sur (Arequipa) y el norte (Chiclayo ).

A la fecha, Fibraforte ofrece planchas de polipropileno con pesos y ondas de diferente tamaño y, desde hace dos años, policarbonato (con nuevas resinas importadas) que hacen más durables sus novedosos productos para invernaderos, coliseos, mamparas de discotecas, hangares, tragaluces y terrazas. En el 2007, el crecimiento de Fibraforte superó el 35% y las cifras de ventas en Lima y provincias van parejas. Ahora el reto es ampliar la producción y exportar.

Las claves:
- Innovación. Este año estaremos trayendo una nueva línea de producción del exterior y nuestro jefe de producción viajará para estar al tanto de todo.
- Trabajo en equipo. Las labores de una empresa deben buscar un fin común y que todos participen activamente.
- Responsabilidad ambiental. Usamos materiales reciclables, como láminas y empaques de recortes industriales.
- Distribución propia. Trabajamos con un sistema horizontal y no vertical para llegar más lejos.

Publication: El Comercio
Provider: El Comercio
Date: April 13, 2008