domingo, 22 de febrero de 2009

Adiós Paco Yunque, bienvenida Magaly Solier

Mi principal anhelo como presidente de la CADE, hace dos años, era lograr introducir en el inconsciente colectivo de los peruanos que el Perú puede ser un país del Primer Mundo en 30 años. Muchos eventos positivos han sucedido últimamente que confirman y sustentan mi optimismo, demuestran que el Perú se ha convertido en un imán para las inversiones y que está incorporando agresivamente a la modernidad a ese gran sector de la población que vive en un apartheid económico, cultural y emocional.

Cada vez más los migrantes provincianos de segunda y tercera generación ven como modelos por seguir a Magaly Solier y a los Añanos, en lugar del Che Guevara y Fidel. El Perú va en camino de ser una sociedad más meritocrática , con mayor movilidad vertical y más integrada, que cree en una economía de mercado con responsabilidad social.

La imagen sana, ganadora y sin complejos de Magaly Solier bajo los flashes de los fotógrafos en el festival de cine de Berlín la veo proyectada a todo el país en un futuro cercano. También salta a mi mente la sabiduría de la joven soprano puneña Edith Ramos Guerra que en un reciente programa de televisión resumió brillantemente la cosmovisión andina en relación con la naturaleza y que con una ternura y fortaleza interna excepcional decía que su cultura no era menos ni más que otra.

Hay un importante cambio en el software emocional de los peruanos. Como mencioné en un discurso de graduación de la Universidad del Pacífico, los peruanos hemos tenido durante muchos años el síndrome de Paco Yunque. Este famoso cuento de nuestro gran poeta César Vallejo promueve la victimización y una visión depresiva del mundo. Independientemente del valor literario de su obra, creo que marcó mucho nuestro inconsciente colectivo.

Un conocido poema de Vallejo empieza con la siguiente frase: “Yo nací un día que Dios estuvo enfermo”. Con ese ánimo no se construye un país exitoso, armonioso y grande. Felizmente, hoy hay una visión más positiva y sana. Como dice Mario Vargas Llosa, va quedando atrás ese cáncer ideológico marxista que proponía una metafísica materialista, una sociología deshumanizada basada en el milagro de las transformaciones súbitas y una psicología hecha de envidia y odio que tanto daño le hizo al Perú.

El peruano de hoy quiere tener bienestar y alcanzar la felicidad mediante una cultura empresarial vigorosa, sin complejosy socialmente responsable.

Esa es, en mi opinión , la manera y la actitud para construir un país importante y ganador. Por eso debemos darle la bienvenida al optimismo y alegría de Magaly Solier y decirle adiós al pesimismo y tristeza existencial de Paco Yunque.

Por: Diego de la Torre.
Publication: El Comercio
Provider: El Comercio
February 21, 2009

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