viernes, 22 de enero de 2010

Crece el interés por hacer empresa desde más joven

Entrevista a Carlos Enrique Torres Rivarola, Jefe del Centro de Capacitación Empresarial de la CCL.

Se percibe que se despierta el interés por aprender sobre el manejo empresarial cada vez a menor edad ¿por qué?
Hoy en día, los mercados están más globalizados, gracias a la apertura comercial, y hay muchas oportunidades de negocios. En la actualidad, los pequeños empresarios ya no solo buscan quedarse en el mercado local sino también expandirse a nivel internacional. Es por ello que se ha despertado un gran interés por hacer negocios. Por tanto, hay una tendencia a formar emprendedores y a desarrollar esta capacidad de emprendimiento en los jóvenes, ya sea a través de concursos o capacitaciones que fomenten desde temprana edad la innovación y la creatividad, para que sean más competitivos.

¿Qué respuesta ha recibido el Programa de Formación de Negocios para Jóvenes de la Cámara de Comercio de Lima (CCL)?
Si bien el programa se creó hace ocho años con la finalidad de presentar una oferta distinta a las que ya había en el mercado para el periodo de vacaciones escolares para jóvenes de cuarto y quinto año de secundaria, la demanda fue tal que incluso universitarios se interesaron por participar en el curso, así como algunos padres querían inscribir a sus hijos que recién cursaban el segundo o tercer año de media. Así, hoy atendemos tanto a escolares como a jóvenes que recién han ingresado a la universidad.

¿Qué tanto puede aprender un estudiante sobre la conducción de una empresa?
Muchos jóvenes a corta edad tienen que involucrarse en el negocio de la familia y en la mayoría de casos no tienen idea de cómo se gerencia una empresa o cómo se desarrolla un proceso productivo. La idea es capacitar a los jóvenes para que puedan emprender un negocio o apoyen en la empresa de la familia.

¿Qué necesitan saber los estudiantes?
Hoy, los jóvenes deben aprender a planear, organizar, dirigir y controlar una empresa, presentar un plan de negocios, calcular los costos de producción de sus productos o servicios y desarrollar estrategias de marketing. Más que una capacitación netamente académica, es formarlos en la práctica para emprender un negocio. Otro aspecto importante es desarrollar entre los escolares y universitarios el liderazgo. Esto los ayuda a ser más competitivos.

¿Y están en condiciones de desarrollar una idea de negocio?
Sí, hemos tenido algunos jóvenes que luego han puesto en marcha sus ideas empresariales, ya que durante el desarrolló del programa elaboran un plan de negocios sustentable, como comercializar chocotejas o producir polos. Así como otros casos de alumnos que quieren continuar con el negocio familiar y aplican las estrategias que aprenden durante el programa.

¿Cuántos jóvenes han participado en el programa?
Iniciamos el programa con 24 participantes, pero en los últimos años la demanda por el programa se ha ido incrementando. Desde el 2003 al 2009 hemos capacitado a un total de 210 jóvenes. En 2008, tuvimos 54 participantes inscritos.

¿De qué edades?
Si bien diseñamos el programa para jóvenes de entre 15 y 17 años, hoy las edades varían entre 13 y 21 años. Dependiendo de las edades de los participantes, los dividimos en grupos de 12 a 15 y de 16 a más.

Este año ¿cuántos alumnos esperan captar?
Este verano estimamos aumentar a 35 participantes. El programa se desarrolla entre los meses de enero y febrero.

Publication: Diario Gestión
Provider: Diario Gestión
January 22, 2010

lunes, 18 de enero de 2010

Aranwa - San Pablo: "Atender a un paciente es como atender a un huésped"

Dejar el bisturí por la administración no fue una decisión fácil para José Álvarez. Pero no abandonó su pasión sino que —como dice— le dio otro sentido. Ahora su trabajo está detrás del escritorio de la dirección del Complejo Hospitalario San Pablo o en la gerencia general de Aranwa Hoteles Resort & Spa. Ya no remienda corazones, sino que se encarga de encaminar el crecimiento de las seis clínicas. De ello depende no solo la expansión de este en el mercado interno, sino también el crecimiento de Aranwa, que apuesta a convertirse en una cadena de hoteles clase A en seis años, y que nació conquistando el sur del país.

Con tantos años en el rubro de salud, ¿cómo incursionan en hotelería?
Decidimos entrar al rubro hotelero por diversificarnos como grupo empresarial. Aunque no lo creas, la hotelería es lo que más se acerca a la salud. En una clínica tenemos al paciente en una habitación y hay que alimentarlo tres veces al día. En el complejo hospitalario tenemos una infraestructura totalmente hotelera, cuidamos a huéspedes-pacientes, y en el hotel también cuidamos a una persona pero que viene con un espíritu más tranquilo. La diferencia entre ambas es la parte comercial, pero el manejo administrativo y contable es muy similar.

Incursionaron en plena crisis. ¿Cómo le ha ido a Aranwa en su primer año?
Ha sido un año difícil por la crisis, por la gripe y por los problemas sociales en el país. Pero cuando una empresa inicia debe ser consciente de que hay una curva ascendente hasta un punto de equilibrio. Hemos apostado por este sector que tiene mucho futuro. Comparándonos con otros países, el Perú está empezando a despegar en turismo, no solo en infraestructura, sino también por cuadros profesionales y a nivel de conciencia de la población.

Por eso mismo, la competencia hotelera está cada vez más fuerte.
Sí, por eso ofrecemos como distintivo el turismo de salud, de bienestar, ligado a la salud de prevención, de belleza, antiestrés. Ojo, no una salud curativa, que eso da la clínica.

¿Y cómo se ofrece el turismo de salud?
Después de visitar muchos spa ligados a hoteles, hemos adaptado un proyecto en el Valle Sagrado con una gran infraestructura y un nivel profesional alto. Tenemos lo más moderno en un spa, empezando por la cámara hiperbárica, parte importante en un programa de rejuvenecimiento y de recuperación de problemas cardiovasculares. También tenemos un programa de control de peso, máquinas para ejercicios, entrenadores personales, programas de reducción de peso. La idea es ofrecer salud, cultura y hospedaje. Este concepto lo vendemos en ferias internacionales de turismo, agentes de viaje o la misma web. Los extranjeros buscan mucho este tipo de turismo.

Pero ello demanda una gran inversión, mayor que cualquier clínica…
En este hotel spa hemos invertido más de US$18 millones. Conseguimos el 20% con préstamos de la banca y el 80% con aporte de capital de los socios que, felizmente, se puede obtener a través de las empresas de salud. El complejo hospitalario tiene 19 años y financieramente nos va bien.

¿Y cómo le ha ido al hotel?
Tiene 115 habitaciones, cuyos precios van de US$120 a US$1.500, de tal manera que hay una variedad de ofertas de acuerdo con lo que desea un huésped. El 2009 tuvimos una ocupabilidad de 20% y este año esperamos llegar al 30%. En este sector la inversión es de largo plazo. A diferencia del sector salud, el hotelero es uno en el que sabes que vas a recuperar tu capital en unos 10 años.

Pero en tanto recuperan la inversión, ya tienen pensado invertir en otros hoteles formando una minicadena.
Sí, claro. Es que con un solo hotel el negocio no es rentable, además es mejor promocionar una minicadena, pues es más atractivo para las agencias. Y vamos a incursionar primero en el sur del país.

¿En qué otros puntos?
Además del Valle Sagrado y en el Cusco ciudad, hemos comprado terrenos en Paracas, en Arequipa, en el Valle del Colca y en Juli (Puno). En el Cusco ciudad estamos restaurando una casona del siglo XVII que contará con 43 habitaciones con oxígeno y un spa. Este hotel debe estar funcionando en agosto del 2010.

¿Todos bajo el concepto de turismo saludable?
No todos. En Arequipa, el Valle del Colca y Juli la idea es hacer hoteles más campestres.

Una minicadena de grandes proyecciones. La inversión va a ser fortísima…
Es una cadena que va a estar en todo el sur del país. La idea es que Paracas esté listo el 2013. Estimamos que la inversión será de US$9 millones. Luego el de Arequipa, que estaría listo en el 2016 y que debe costar unos US$6 millones. El Colca debería funcionar en el 2017 y Juli en el 2018, y cada uno debe costar unos US$3 millones. A ello súmale los US$6 millones que estamos invirtiendo en el hotel del Cusco ciudad.

¿Esas inversiones salen delas ganancias de las clínicas?
Del dinero que sale de las clínicas el 60% se ha ido al rubro hotelero, y el 40% a las mismas clínicas.

¿Eso no le resta a la optimización de las clínicas?
No, después de 19 años el Complejo Hospitalario San Pablo tiene las finanzas sólidas. La inversión fue muy fuerte y el crecimiento se fue dando por etapas. La sede principal creció al ritmo de un piso por año, crecimos en cinco años y luego nos descentralizamos.

Las clínicas en distintos distritos tienen diferentes nombres, ¿por qué no mantenerlas bajo la misma razón social para promocionar mejor la marca?
Manejamos cada clínica como una unidad de negocios separada, cada una se maneja con sus ganancias o pérdidas, pero todas bajo el Complejo Hospitalario San Pablo.

¿Cuál es la clínica que más ganancias les trae?
Sigue siendo la sede central, pero sobre todo por los precios que maneja: un día de hospitalización promedio en Surco cuesta S/.4.000 y en San Miguel S/.2.500. Los servicios aquí (en Surco) son más completos. No es que la calidad sea menor, sino que, por ejemplo, las clínicas de Lima norte y San Miguel tienen una capacidad resolutiva del 95%; no atienden casos muy complejos. En caso de complicaciones grandes el paciente se debe derivar a Surco. Pero el mayor nivel de atención lo tiene la clínica del cono norte, con unas dos mil atenciones al día.

¿Tienen proyectado abrir alguna otra clínica?
Tenemos seis clínicas: Surco, Los Olivos, Huaraz, San Miguel, San Juan de Lurigancho y Asia. En San Juan de Miraflores tenemos un centro hospitalario y ya empezamos los trabajos para que se convierta en clínica, por lo que debe estar listo el 2011. Luego proyectamos abrir otra en Trujillo. Cada una costará unos US$8 millones.

Ahora se dedica exclusivamente a la administración. ¿Cuándo dejó el bisturí?
Desde hace siete años ya no opero ni tampoco veo pacientes. Cuando el complejo comenzó a crecer, tuve que escoger y dedicarme a la parte administrativa. Los primeros meses fueron muy difíciles, porque toda mi vida la había pasado en sala de operaciones, pero a veces hay que tomar decisiones un poco duras.

Publication: El Comercio - Day One
Provider: El Comercio
January 18, 2010

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