lunes, 12 de enero de 2009

Monto máximo de cobertura de seguro de crédito para pymes exportadoras se ampliará a US$ 3 millones

Ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz. Foto: ANDINA / Rubén Grández. Lima, ene. 09 (ANDINA).- El monto máximo de cobertura del Seguro de Crédito a la Exportación para las Pequeñas y Medianas Empresas (Sepymex) se ampliará de un millón a tres millones de dólares, informó hoy el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
"Hasta la fecha el Sepymex ha facilitado el desembolso de más de 1,400 millones de dólares en créditos de comercio exterior", manifestó la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz.

Sostuvo que la ampliación de la cobertura del seguro se hará en el marco de la reforma del mismo, lo que implicará otros cambios como la ampliación del nivel máximo de exportaciones, así como la disminución del límite mínimo de la línea contratada con los bancos.

"Con estos cambios una empresa exportadora podrá solicitar créditos de exportación hasta por tres millones de dólares en lugar de limitarse como máximo a un millón", dijo.

Indicó que también se buscará que más bancos ofrezcan créditos amparados por este seguro, lo que permitirá una mayor oferta del producto; y, al eliminar el monto máximo de exportaciones, un mayor número de empresas podrán beneficiarse con el programa.

Refirió que en el marco del plan para hacer frente a la crisis externa, el Mincetur, en coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), ha desarrollado una serie de productos financieros para apoyar al sector exportador.

Ello con el fin de ayudar a este sector productivo en el actual contexto de crisis internacional, y también para que puedan aprovechar las oportunidades que se generen en los mercados.

"El Poder Ejecutivo impulsará una reforma del Sepymex, que es un seguro que garantiza el 50 por ciento de los créditos preembarque que solicita una pequeña empresa al sistema financiero", aseguró la ministra.

Explicó que a través del Sepymex los créditos pueden ser otorgados con mayor facilidad por parte de los bancos y los exportadores cuentan con recursos para atender pedidos de segmentos de mercado, así como ofrecer nuevas alternativas a los mercados que ya atienden.

También señaló que otro producto que estará a disposición de las pymes, tanto para las enfocadas al mercado interno como al externo, será el Fondo de Garantía Empresarial (Fogem) que asciende a 300 millones de nuevos soles y complementará al Sepymex al garantizar créditos de capital de trabajo y activos fijos.

Se busca que el exportador que enfrenta complicaciones para hacer llegar sus productos al mercado estadounidense, sin dejar de atenderlo, pueda incursionar en un nuevo mercado contando con los recursos tecnológicos y financieros que se le demande, comentó.

"Si tengo una empresa exportadora de confecciones y hay demanda del mercado de niños o adultos mayores, con el Fogem puedo comprar máquinas, software y capital de trabajo y armar una nueva línea de productos dirigida a ese nicho", puntualizó.

Publication: ANDINA - Newswire
Provider: Andina
January 9, 2009

El boom de las juguerías en Lima

La buena fruta se reconoce con la mano. Si preparamos un buen jugo pero damos un mal servicio nadie vendrá. Una chirimoya grande tiene la misma cantidad de pepas que una pequeña. Un toque amargo de naranja o mandarina (que hay que usar en lugar de agua) puede malograr todo el jugo. Esto lo dice Andrés Aguirre, el jefe de operaciones de la juguería La Gran Fruta, un hombre que cumplirá 25 años creando las más famosas combinaciones de frutas en Lima. "La gente que conozco de varios años viene y solo dice: impresióname". Aguirre aprendió el oficio en Las Delicias, quizá la más clásica juguería de la capital, y ahora le sorprende ver un escenario donde más gente invierte en abrir juguerías pero sin jugueros bien preparados. Por eso él se ha encargado de capacitar a cada joven que contrataba para la cocina de La Gran Fruta, que cada día requiere cinco cajones de fresa y tres de naranjas. "Muchísima gente está buscando jugueros preparados y no hay", dice Aguirre, a quien le ofrecen continuamente ir a capacitar gente a restaurantes. Hasta de casas lo han llamado para enseñar y lo han grabado. "Ya parecía artista de cine", dice.

La falta de mano de obra experta hizo que Juan Alberto Wu, decidiera contar para su cocina con gente experta en juguerías tradicionales. Wu es socio de La Pepa, un proyecto de Gastón Acurio que funciona desde hace casi dos meses en San Isidro. Él dice que al pensar en invertir hace un año encontraron más que un mercado para la venta de jugos en Lima, un mercado con personas que buscan productos saludables y naturales. Wu asegura que el suyo es un negocio basado en la fruta antes que solo en el jugo, pues allí Acurio se encargó de aprobar los 18 jugos de la carta, los sánguches y postres. "La idea inicial era tener una juguería tradicional, pero pensamos que lo mejor era hacer un jugo cuya mezcla sea imposible de hacer en casa". Todo está controlado bajo fórmulas exactas: la cocina de La Pepa es un laboratorio.

Hace 35 años Fortunato Armas dejó de vender fruta en una carreta y comenzó a licuar jugo. Hoy ofrece desde las 7:30 a.m. hasta 120 combinaciones y dice que la clave de toda juguería está en la selección de la fruta, eso es lo que ha enseñado a sus empleados. Las Delicias ha sido un clásico para varias generaciones, pero por muchos años Armas no quiso crecer y desde hace cinco años, que es cristiano, ya no abre los sábados. "Mi peor defecto es ser conformista, pero también me alegra porque estoy tranquilo, qué haría si tuviera que administrar tres locales. Mi propaganda es mi producto, yo prefiero vender 100 jugos y atender bien al público que vender mil y que los jugos pierdan calidad". Armas reivindica la labor del juguero en la cocina y dice que una juguería involucra un proceso de aprender y equivocarse hasta conseguir maestría. Hoy cuando vienen a ofrecerle sociedades o volverse franquicia, él responde que con gusto aceptaría pero eso sí no abrirá los sábados --porque su negocio está dedicado a Dios--, y ninguna de las futuras sucursales deberá hacerlo. Entonces los interesados se marchan.

"La gente venía, tomaba fotos, y así han copiado las combinaciones". Por eso sí, si ahora alguien lo llama pidiéndole ayuda para abrir una juguería, él les dice que cobra por asesoría. Quizá lo mismo le hubiera respondido Fortunato Armas a Azucena Gutiérrez, si hace cuatro años ella lo hubiera buscado y contado que tenía en mente un plan de negocios de una juguería para graduarse en la Universidad del Pacífico. Azucena, quien hoy es gerenta de la cadena Disfruta, entrevistó a comerciantes, recogió estadísticas, preguntó en Las Cuatro Estaciones, otro clásico de las juguerías al paso, y su proyecto sacó 19, la más alta nota de la clase, pero aún estaba lejos de abrir el negocio. Tenía 22 años y carecía de financiamiento. Pasaron dos años para ahorrar y conseguir préstamos personales de la banca, hipotecó el local que fue un anticipo de herencia familiar, y recién en el 2006 abrió el primer punto de venta de Disfruta en San Borja con una inversión de US$35 mil.

"Queríamos cambiar la tendencia del jugo como acompañante del sánguche, en nuestro caso iba a ser al revés", dice Azucena Gutiérrez. En un principio para su plan de negocios definió a su público objetivo por edad, luego se dio cuenta de que lo importante era el estilo de vida (en este caso de gente que busca alimentos sanos en su dieta), algo más amplio de abarcar. Hizo un focus group y preparó una guía de preguntas: qué frutas combinaría, qué valora más en el servicio, por qué no consumiría en una juguería (la falta de higiene era el detalle más nombrado) y cuando se preguntaba el nombre de su juguería preferida, no había una que destacara del resto. Luego organizó una degustación con amigos y ellos probaron 80 combinaciones. Quince fueron las que más gustaron y con esas abrió la juguería. "El plan de negocios es un tema muy variable, a la hora de la realidad tienes que hacer cambios. Pero nos dio orden, porque a veces no sabes por dónde empezar".

Esta tendencia mundial de comer cada vez más sano hizo que luego de un viaje por Canadá, Ricardo Yagui decidiera abrir una cadena en el Perú. Por eso Frutix es una juguería bajo un modelo industrial. Cada día maneja 400 kilos de fruta. Todas las mañanas la cortan en su planta de producción y la empacan al vacío con medidas exactas antes de trasladarla a su local en el Jockey Plaza. Eso garantiza higiene, frescura, y que la cantidad de fruta usada para cada jugo (con miras a masificar Frutix) siempre será la misma. No es una medida al ojo. Para llegar a esto Yagui y sus socias encargaron un estudio de mercado que les mostró que una persona puede pagar más por un jugo si detrás hay una marca y un concepto desarrollado, pues lo consideran un valor. Los socios de Frutix no escatimaron gastos e invirtieron cerca de US$40 mil en esta etapa. "Como en este rubro no teníamos experiencia tuvimos que contratar a los mejores", dice Yagui, y habla del chef que creó las recetas, de la nutricionista y de un equipo especialista en administración y desarrollo de imagen. Y también probaron la rapidez. "Lo que queríamos era maximizar la venta de jugo por metro cuadrado, una tienda pequeña para vender grandes volúmenes". En las pruebas demoraban 8 minutos y hoy un jugo está listo en menos de un minuto. El estudio de mercado les dijo que esa posibilidad se la ofrecía un centro comercial, aunque esperaron más de tres meses por un sitio. La ubicación de una juguería no debe dejarse al azar. Por ejemplo, el primer local de Disfruta en San Borja no está ubicado en una zona comercial. Es una zona tranquila con oficinas y casas, pero cerca de un colegio y frente a una iglesia. Si apuntaba a un consumo familiar, los domingos después de misa su local estaría lleno, y así fue. En el caso de La Pepa sí se buscaba un lugar de gran tránsito, aunque esos espacios son más escasos en Lima y el alquiler muy alto.

Al precio de la fruta que siempre es muy cambiante según la temporada (por ejemplo una cajón de mango costaba S/.14 hace dos semanas y hoy cuesta cerca de S/.40), hay que sumarle que en ocasiones al mercado de frutas de La Victoria no trabaja por huelgas o problemas internos y entonces no hay fruta del día. Como le pasó a Ricardo Yagui el 2 de enero. Luego del feriado por Año Nuevo, al mercado de La Victoria no llegó lo que él buscaba. Y aunque solo el 70% de sus proveedores son fijos, Yagui tuvo que ir a otros sitios a encontrar, como sea, fruta fresca. Fortunato Armas dice que tuvo que crear tantas combinaciones para evitar que durante la temporada de escasez de alguna fruta, los clientes tengan otra opción, un sabor igualmente delicioso. Por su parte Juan Alberto Wu, de La Pepa, una juguería que consume 400 granadillas diarias, dice que si los precios de las frutas varían se tiene que hacer un costeo que incluya cifras máximas y mínimas de gasto.

Las juguerías entrevistadas --excepto Las Delicias--tienen menos de tres años operando y han crecido muy rápido. Disfruta y La Gran Fruta apuestan su expansión a la franquicia. A Ricardo Yagui le han ofrecido convertir a Frutix en franquicia pero prefiere no apurarse y crecer con 4 locales propios este año. Juan Alberto Wu dice: "Vamos a tomarnos seis meses con este local para aprender qué busca el cliente, y vamos a decidir por dónde expandirnos". La Pepa espera colocar en el extranjero jugos con frutas peruanas como la lúcuma, la chirimoya, el níspero. Mientras tanto a Andrés Aguirre lo han buscado para enseñar y ser la imagen de la primera escuela especializada en jugos en Lima, pero lo está pensando. ¿Ya estará suficientemente maduro para asumir el reto?

Publication: El Comercio
Provider: El Comercio
January 11, 2009

domingo, 11 de enero de 2009

Paprika: Color natural por excelencia

La tendencia de la industria mundial de reemplazar las sustancias sintéticas por naturales podría darle un lugar a la páprika

La megadiversidad del país en productos agroindustriales y la creciente demanda mundial por insumos naturales fueron las razones por las que Juan Manuel Ferreyra y Ricardo Palacios, graduados de la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, confiaron en desarrollar un plan de negocio para exportación de oleorresina de páprika a Estados Unidos y la Unión Europea, un producto recio para competir en el mercado de colorantes naturales.

La oleorresina es un aceite que resulta de la extracción y concentración del ají páprika, el cual se utiliza como colorante natural en las industrias de alimentos, cosméticos y farmacéutica. El negocio plantea pasar de la tradicional comercialización del fruto a la producción de oleorresina para la exportación. Para ello, existe la ventaja de tener cultivo durante todo el año --con mayores volúmenes entre marzo y julio-- en la costa, donde se cuenta con las mejores condiciones para la obtención de un producto de calidad.

El proyecto espera contar con una planta, ubicada en Ica, que tendrá la capacidad para producir 140 toneladas anuales. Se dedicará al acopio de páprika molida --previamente la vaina fresca es lavada y deshidratada-- bajo servicio de maquila, luego se extraerá el caroteno que servirá para la obtención de la oleorresina de páprika, un producto con mucho potencial, debido a la tendencia mundial de reemplazar las sustancias sintéticas --la tartrazina, la eritrosina y el azul patente v-- por los tintes naturales, donde compite con la curcumina, el ácido carmínico, el rojo de remolacha y el achiote.

Algunas de las ventajas de la oleorresina de páprika frente a los otros productos naturales son su alto rendimiento, bajo costo, alta calidad y prolongada permanencia de la coloración. De otro lado, se debe tener en cuenta que el mercado de colorantes naturales en Estados Unidos tiene un valor de US$ 400 millones y con un ritmo de crecimiento sostenido anual entre 15% y 17%. Hasta setiembre del 2008 la oleorresina de páprika alcanzó tan solo los US$12 millones y 500 toneladas, de las cuales el Perú exporta menos del 1% (4 toneladas). Actualmente existen solo cuatro productores nacionales -- Pronex, Innova, Montana y Kalsec-- de esta oleorresina que venden a través de un trader.

Esta idea de negocio requiere una inversión de US$750 mil, de los cuales el 60% será para construir la planta y el 40% restante para ser usado como capital de trabajo. La ganancia sería mayor a US$600 mil si hoy se tomara la decisión de realizar el negocio, la tasa de rendimiento es de 43,34% y la inversión se podría recuperar en tres años.

El Perú es el primer exportador mundial de páprika. Durante el 2007 alcanzó los US$95 millones. Las ventas se concentran en EE.UU., España y México.

La FDA de EE.UU. considera a la oleorresina de páprika un colorante exento de certificación.

Publication: El Comercio
Provider: El Comercio
January 11, 2009

Novedades