lunes, 3 de noviembre de 2008

Sonia Fernández: La alpaca se viste a la moda

Ni la falta de luz ni el cansancio que le producía caminar largos tramos para llegar a la ciudad en busca de una cabina de internet, para comunicarse con sus primeros clientes, pudo impedir el desarrollo de la microempresaria de Huancavelica Sonia Fernández, quien siguiendo la tradición de su familia también se inició en el duro trabajo del tejido a mano de prendas de lana de alpaca.

Empezó vendiendo sus productos a su familia y vecinos en una improvisada feria de su pueblo donde llegan turistas de diferentes países, quienes fueron atraídos por el toque fashion que le pone a sus tejidos, por lo que sus ventas fueron creciendo.No ha dejado de lado el tejido de las típicas chompas con motivos incaicos, pero ha innovado modelos y colores que resultan un gran atractivo, pues luego de un arduo trabajo en busca de contactos ahora exporta indirectamente a
EE UU y Japón.

“Empecé en 1998 y desde entonces acondicione un ambiente de mi casa para mi taller, donde ahora doy trabajo a 60 mujeres de mi pueblo que acuden con sus hijos”, indicó.Sonia, quien es miembro de la Red Generando de Fundación de la Gente, ha convertido al internet en su gran aliado, navega diariamente algunas horas buscando nuevos modelos que pueda plasmar a través de sus tejidos, para impulsar su pequeña empresa que mensualmente produce
US$ 1,800 en prendas.

Además a través de este medio recibe pedidos de Lima y del extranjero.Lo atractivo de sus productos ha hecho que Sonia ponga sus prendas en las tiendas de artesanía más conocidas de Lima y Miraflores. Este año fue invitada por uno de sus clientes a Minessota para que vea cómo sus chompas se venden con gran éxito.Sin embargo Sonia, caracterizada por ser emprendedora, está tramitando el registro de su propia marca Llactamaki que significa “manos del pueblo”, con la finalidad de obtener mejor margen de ganancias.

“Cuando tenga mi propia marca obtendré mayor utilidad y pagaré mejor a mis trabajadoras, con quienes también hacemos actividades en contra del maltrato a la mujer porque hechos similares se repiten todos los días”, precisó.

“Producimos diferentes cantidades, a veces 1,000 mitones al mes, 1,500 chalinas y las chompas varían dependiendo de los pedidos del extranjero porque para Lima sólo trabajamos cuando realizamos contratos directos”, agregó. A puertas de la Navidad, Sonia y sus trabajadoras están preparando chullos y medias de alpaca con motivos navideños, cuyos pedidos ya se han hecho a través de la Fundación de la Gente.

Publication: Expreso
Provider: Expreso
Date: November 2, 2008

domingo, 2 de noviembre de 2008

Factoria Germania: El arte de pintar autos

Maximiliano Mohr pensaba en grande. Tal vez por eso decidió demostrar que en el Perú también se podía hacer automóviles. A pesar de la incredulidad de los limeños de los años 60, el ingeniero alemán logró fabricar su propio auto y lo llamó Puma, total, si en Gran Bretaña tenían el Jaguar.

Luego de haber sido jefe de taller de la Volvo, abrió la factoría Germania, taller dedicado al servicio de planchado y pintura de minibuses y carros. Después de varios años decidió cerrar su negocio, pero no contaba conque su hijo universitario, también llamado Maximiliano, quisiera tomar las riendas.

Era joven, pero ya había aprendido las técnicas del planchado. Y como a menudo visitaba el mundo de los corredores de autos, ya conocía talleres donde pintaban vehículos modernos con acabados de muy buena calidad. Ese fue su norte. Aunque él manejaba el negocio, su padre y su madre participaban activamente. El problema era que a veces había descoordinaciones y el manejo del dinero era muy informal. Por ello pidieron asesoría. "Nuestro asesor nos dijo que esto no era una empresa", recuerda Mohr.

Durante los años 80, aprendió a ponerse un sueldo, a ordenar la parte contable, a formalizar sus pagos y a mejorar la cara del taller. "Debe ser bien caro decía la gente", comenta Mohr. Debido al orden y al buen servicio, el taller logró la autorización de BMW para especializarse en vehículos de esa marca. Como el local sería exclusivo de mecánica, Mohr abrió un segundo taller en San Luis, para el planchado y la pintura.

Actualmente, para administrar sus tres locales (el tercero está en Surquillo) y dar servicio de planchado y pintura a 160 vehículos al mes, Mohr tiene seis departamentos operativos. Aunque Maximiliano asegura que su mejor estrategia para destacar fue el boca a boca y tener un taller pulcro, una fórmula para conseguir más clientes fue la alianza con empresas aseguradoras. Si bien a los clientes asegurados se les da un mejor precio que a los particulares, la ganancia está en el mayor volumen de servicios.

Y una manera de fidelizarlos es haciéndoles la vida más fácil. Por eso, se les da el servicio del taller virtual a través de su página web (). Luego de digitar la placa del vehículo, el cliente puede ver la fotografía de su carro y la etapa del proceso de planchado o pintado.

El siguiente paso es abrir una sucursal fuera de Lima para seguir creciendo.

Publication: El Comercio
Provider: El Comercio
Date: November 2, 2008

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