martes, 22 de septiembre de 2009

Dejó de ser secretaria para resurgir textilera de esposo

"No eres la misma de antes", cuenta Rosario Flores que le ha dicho su marido. Once años atrás, ella decidió iniciar P&P, su empresa textil. Desde entonces, su autoestima, su seguridad, su sonrisa, son otras. El 95% de su producción se va para Europa, Australia y Japón. Once años atrás, su vida no era así. Sí, su marido tiene toda la razón. Hoy, ella es feliz.

Todo empezó con una pequeña tienda de ropa a la que usted prácticamente no le daba bola.Así fue al principio. Es que yo trabajaba en un estudio de abogados. Era la secretaria del doctor.

Con su esposo tenían una tienda y un tallercito de confecciones.Compartíamos un punto de venta y, el lugar donde se hacían las prendas, era aquí: la sala de la casa de mis padres. Esa empresa la inició mi esposo -cuando éramos novios- con tres socios y le iba muy bien. Pero se separaron y, al momento de la separación, cada uno se quedó con algo. A él le tocaron dos máquinas, unos cuantos kilos de hilo y además se vinieron con nosotros dos chicos que tejían y una que sabía hacer acabados. Entonces dijimos: "¿Qué hacemos?".

Y en vista de que la empresa, de la que pudieron haber vivido, se vino abajo, cada uno buscó y encontró un trabajo.Sí, y como nos quedamos con algo extra [el taller], decidimos seguir porque teníamos a tres personas a nuestro cargo. Decíamos: ¿Qué hacemos? ¿Las despedimos?". Y como teníamos que entrar a nuestras oficinas a las ocho de la mañana, nos levantábamos muy temprano para hablar con los chicos y organizar la producción

Usted estaba embarazada. Esperaba a su segundo hijo, pero sufrió una pérdida. Eso marcó un antes y un después para ese negocio. Sí. Fue tan traumático Yo no quería volver a trabajar.

Efectivamente, dejó de trabajar. Lo perdí en 1996 y renuncié a principios de 1997. A partir de ahí ya no quise trabajar, y el hecho de que las tres personas [los ex socios] llevaran a la tienda sus productos y que nuestras chompas se vendieran bien -unas 80 contra 10 o 15 de ellos- hizo que nos diéramos cuenta de que lo nuestro era aceptado.

Publication: El Comercio Online
Provider: El Comercio
September 22, 2009

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